Todo practicante de Karate-Do debe ser consciente de los procesos que llevan a nuestro cuerpo a realizar cualquier técnica. Sólo así se puede realizar una actividad física sin riesgo de lesiones, y procurando sacar el mayor rendimiento posible acorde a nuestro estado físico en general, a nuestra edad, y a las posibilidades de entrenamiento semanales. 

El practicante, y por supuesto el Instructor de Karate-Do, debe saber cómo y cuándo exigirle a nuestro cuerpo, para ir más allá de los movimientos marciales, con el objetivo de tener un conocimiento global de los procesos físicos que dan lugar a nuestro movimiento. Eso nos ayuda a mejorar el impacto, gracias a la respiración, el apoyo al suelo y la transmisión de la fuerza a través de nuestro cuerpo. Todo un desafío, que el TKI propone solucionar con el correcto asesoramiento de expertos en la materia para la mejora personal y profesional.

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Nacional de Granada (España). Es además, especialista en Fisiología del Ejercicio, por la Universidad Nacional de La Plata (Argentina).

También es Técnico en Composición Corporal Nivel II por la Sociedad Internacional de Avances en Cineantropometría, ISAK.

Por otro lado ha sido Profesor titular del Curso de Entrenador Personal del Instituto del Profesorado de Educación Física del C.A. Quilmes de Argentina.

Actualmente se desarrolla como Entrenador Personal, con clientes que abarcan distintos campos como la rehabilitación, fitness y el deporte; en este último ha sido preparador físico de la Selección Argentina de Patinaje y cuenta con deportistas de relevancia internacional.